
Amor. Palabra que muchas veces encierra uno de los sentimientos más lindos que hay, la verdad es que es un arma de doble filo. El amor puede hacer que seas la persona más feliz de todas, y a la vez, puede llegar a convertirte en el ser más miserable de la tierra. Sentimiento contradictorio para muchos, ¿cómo amar si este amor no es reciproco? Una de las cosas más difíciles que tiene el amor es esto; das todo, entregas todo y a veces la otra persona no está preparada para entregarte nada. Y es que muchas veces el amor es cruel, otras tantas maravilloso. Creo que el dilema está en saber sobrellevarlo y aceptar que no todos los seres humanos amamos de igual manera. Quisiera tomarme la facultad de poder volcar este sentimiento en el fútbol. Un hincha va a la cancha, canta por su equipo, lo apoya en las buenas y malas, compra su entrada con lo que logró conseguir en la semana. Cómo te paga el equipo al cual vas a ver, a veces bien, te da la posibilidad de gritar un gol y conocer esa euforia que sólo sienten los privilegiados. Pues créanme, aquel que no haya sufrido por un equipo o no se haya alegrado, simplemente no conoce el amor en su plenitud. He llegado a pensar que el fútbol es mucho más grande que el amor de pareja. Es que no hay nada más gratificante que gritar esa palabra maravillosa que encierra tantas cosas en sólo tres letras, GOL. Para aquellos que jamás han pisado una cancha de fútbol, les hes imposible comprender esta locura que envuelve mi ser de manera increíble e irremediable. El dejar todo por una camiseta, el comprometerte con el que está a tu lado para sacar a

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